Erase una vez una mujer que vivía en el bosque y comía sus frutos.
Erase una vez una mujer que vivía en el bosque y comía sus frutos. Cuando descansaba a la sombra de los arboles miraba cruzar las nubes entre las ramas. Ellas le contaban de largos viajes, de paises lejanos, de inmensos cielos inexplorados que ellas le prometìan y luego se desvanecìan.
En invierno, cuando el viento visitaba el bosque con sus agujas frías, ella no sabia donde irse, no tenia casa: se refugiaba en una cueva. Estava sola y tenia frio. Para iluminarse en aquella obscuridad: se contaba un cuento. Un dìa se asomó a la abertura de su refugio y se dio cuenta que el bosque se había ido, los arboles ya no estaban en su lugar. Guardó de prìsa sus cuentos en una maleta y se fue a buscarlo. Pensaba en sus arboles porque los amaba, y de tanto pensar en ellos se había vuelto toda verde.
En aquellos tiempos sobre la tierra muchas cosas no estaban en su lugar. Al atardecer la mujer se detenia, y para no sentirse sola se contaba un cuento, "La historia del Dragon que buscaba el amor"
"... La mujer mira por la abertura de su cueva y descubre que el bosque ha desaparecido. Después de guardar sus cuentos en su maleta parte en su busqueda . En el camino saca una de sus historias... Como siempre, la compañía dei Fauni es muy ábil en escojer temas refinados y en los juegos escenicos. El publico joven esta fascinado por las historias, por los títeres y por la magia que los acompaña..."
L. Ghiringhelli Corriere del Ticino
"... La verdadera magia y las mejores abilidades se muestran cuando la maleta se abre y un pequeño teatro aparece como por encanto: hay un árbol tras el cual la titiritera se esconde para mover sus personajes y producir los sonidos de sus voces. Hay un simpático dragoncito enamorado perdido de un pájaro migrante, cuando este sale de viaje el dragon se desespera y llora."
M. Camponovo Giornale del Popolo
" El bosque en la maleta es el titulo que me llevo como recuerdo de cierre de esta duodecima ediciòn. La actriz y directora suiza Santuzza Oberholzer porta una maleta de la que emergen preciosos muñecos y bellas historias. Santuzza logrò la comunicaciòn con los niños y tambien hacernos pensar a los adultos sobre temas nunca fuera de moda como la fantasìa, la necesidad de poseer sueños y el dialogo entre los seres humanos de diversos origenes. Juntos entonamos la cancion final que inicia a plantar una ilusion como el àrbol imprescindibile de nuestro jardin."
A.Del Pino, Gramma, Cuba 26.9.05